domingo, 9 de agosto de 2009

Poesía de Siomara España
Del poemario "Alivio Demente"
LA CASA VACÍA

No
invites a
nadie a nuestra casa
pues repararan en
puertas, paredes, escaleras
y ventanas, mirarán la polilla en los
rincones, los cerrojos oxidados, las lámparas
ciegas, arruinadas. No traigas a nadie
a nuestra casa pues no tendrán más
que angustia de tu mesa,
de tu cama, del mantel,
del mobiliario se reirán de
pena por las tazas, fingirán
nostalgia
de mi nombre
y reirán también de nuestra hamaca.

No traigas más gente a nuestra casa
pues te escribirán canciones,
te entusiasmaran el alma,
te susurrarán traviesos,
sembraran una flor en tu ventana.

Por eso no debes, te lo ruego,
traer más gente a nuestra casa
pues se pondrán rosados,
verdosos, rojizos o azulados,
al descubrir paredes rotas
las plantas marchitadas.

Querrán barrer en los rincones
querrán abrir nuestras persianas
y encontraran seguro entre mis libros
las excusas perversas que buscaban.

No traigas mas nadie a nuestra casa,
así descubrirán nuestros absurdos
te llevaran lejos a otras playas
te contaran historias de naufragios
te sacaran a rastras de esta casa.
ELIPSIS

He de nombrarte
aun si te callan las palabras
por que seguiré tu rastro eterno
en la estrechez de los caminos.

Una infinita demencia
me ahuyenta de todos los portales,
de todas las ausencias
porque desde el vaivén de las ventanas
donde los gatos rehúsen ronronearte
también he de nombrarte.

Aún con el bajel a cuestas
donde guardé la tierra de tu estirpe,
cáliz y calvario de mi carne,
también he de nombrarte.

Y cuando te ladren
los últimos sabuesos del infierno,
cuando en los bosques
los gatos iracundos
decidan sepultar tu nombre,
llegarás vencido hasta mi casa
que seguirá siendo
la morada de tu cuerpo y de tu sangre.

Encontrarás entonces
una sombra imperceptible
por que los huesos antes leves
entumecieron su camino hacia la sombra.

Flotaré por los rincones.

Y otra vez mis fantasmas doloridos
ocultarán mi cuerpo en los escombros
y aún en el silencio de la Estigia
vestiré mi voz para nombrarte.


DUELO
Haré todos los duelos a esta muerte
cortaré mis uñas
mi cabello
lo vestiré de negro, así como a mi cuerpo.

Colgaré una manta en tu retrato.

Iré dibujando espacios,
esquinas de laberintos y bares.

Con los ojos vendados,
diagramados
lapidados de salitre,
emprendo los duelos pertinentes,
hasta que liquide la hecatombe de la almohada,
de la espalda,
del derecho y del revés

Porque cuando me recupere
de los golpe
contra puertas
escaleras
y ventanas,
entregaré a Abraham,
a Isaac,
y a todos los profetas
los sacos de ceniza
donde guarde los duelos de ésta muerte


Del Poemario inédito "El Regreso de Lolita"


EL REGRESO DE LOLITA

Yo soy Lolita
Así los Lobos esteparios
me desenreden
las trenzas con sus dientes,
y me lancen
caramelos de cianuro y goma.
Intuí mi nombre aquel día del puerto
con los náufragos
¿recuerdas?.

Y aquel combate
con Vladimir, el implacable.
Sé que soy Lolita,
lo supe cuando me entregó
sus manos laceradas de escribirme.

Por eso cuando apareciste suplicante
a contarme tus temores,
te deje tocarme,
morder mis brazos y rodillas,
te deje mutilar entre mis piernas
los temores de Charlotte.

Sabía que tu vieja espada
cortaría una a una mis venas,
mis pupilas,
y me burlé cien veces
de tu estupidez de niño viejo
llorando entre mi vientre.
y cuando todos los náufragos del mundo
volvieron a mi puerto
a entregarme dádivas
que yo pagaba, con calostro y carne
tú saltaste tras mi sombra,
mientras yo huía,
mientras yo bailaba.

Por eso soy Lolita,
la nínfula de moteles y anagramas
que vuelve con la maleta al hombro
a retomar tras años el pasado.


DESPEDIDA

Me despido de tu cuerpo,
de tus ojos, de tus manos,
de la cama vieja y de su estruendo,
me despido de las fiebres,
de los ecos de mis huesos en tus manos,
de tus dientes mordedores.

Me despido por que es temprano,
por que aún escucho tus gemidos,
porque a chorros me sangran las heridas de tus besos,
porque aún escarbo la nostalgia de tu cuerpo.

Porque si no me marcho…
podríamos ser felices.

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