domingo, 9 de agosto de 2009

Siomara España poesía en inglés

TAPESTRY OF THE SUN
























Poemas de Siomara España

WEDNESDAY´S WOMAN

How often does the Wednesday woman
unfold her face
wash her feet
and walk again upon her words.
how often does she follow the same old path,
wander down the same old streets,
see the same traffic lights,
consider the same beggars, climb the same clouds,
seek out the same bed.
How often does the Wednesday woman
look for the mouth of her lover,
tremble in this arms,
and desperate cry out her love
and sob her words in silence.
How often does the Wednesday woman
want to flee her passion
forget her dreams
and simply stay tied down
how often does she laugh and sing
haw many tears of love.
How often does the Wednesday woman
have to tie tight her soul
live her delirium and madness,
and walk again on what´s been said,
walk again upon her her hords.


FROM THE RETURN OFF LOLITA
I am Lolita.
And even so the steppenwolves
undo my braids
with their teeth,
and throw me
chewy caramels of cyanide.
i sensed my name day at the port,
the shipwrecked returned,
remember?
And that battle
with Vladimir, the implacable.
i know that I’m Lolita,
i knew it when he gave me
his hands lacerated from writing me.

That´s why when your appearead, supplicant,
telling me your fears,
i let you touch me,
bite my arms and knees,
i let you mutilate between my legs
Charlotte´s fears.
I knew your old sword
could open one by one my veins,
and cut across my pupils,
and i mocked a hundred times
your aged child´s stupidity
crying there within my womb.
and when all the shipwrecked of the world
returned to my port
to give me gifs
i paid for with colostrum and with flesh,
you leapt upon my shadow,
as i fled and as i danced.
That´s why I´m Lolita,
nymphet of motels and anagrams,
returning with her baggage on her shoulder
to reclaim across the years the past.

THE EMPTY HOUSE

*
invite
no one
To our house,
for they will scrutinize our
doors, walls, stairs and windows,
gaze at the termites in the corners,
the rusted locks, The blind and ruined lamps.
Bring no one o our house,
for they would have nothing
but the anguish of your table,
your bed, the tablecloth,
the furniture,they would laugh
in pity at the cups, pretend
nostalgia for my name,
and they would mock as well our hammock.
Don’t bring people to our house any more
for they would write you songs,
stir your soul,
whisper obliquely in your ear,
plant a flower on your window sill.
That´s why, I beg of you, you mustn´t
bring more people to our house,
for they would turn shades of pink,
green, red, or blue,
discovering broken walls
and withered plants.
They would want to sweep he corners
open the blinds
and find safe among my books
the perverse excuses they are searching for.
Bring no one else into our house
for here they would discover our absurdities
and bring you far to other beaches
and tell you tales of shipwrecks
and against your will drag you from our home.







Poesía de Siomara España
Del poemario "Alivio Demente"
LA CASA VACÍA

No
invites a
nadie a nuestra casa
pues repararan en
puertas, paredes, escaleras
y ventanas, mirarán la polilla en los
rincones, los cerrojos oxidados, las lámparas
ciegas, arruinadas. No traigas a nadie
a nuestra casa pues no tendrán más
que angustia de tu mesa,
de tu cama, del mantel,
del mobiliario se reirán de
pena por las tazas, fingirán
nostalgia
de mi nombre
y reirán también de nuestra hamaca.

No traigas más gente a nuestra casa
pues te escribirán canciones,
te entusiasmaran el alma,
te susurrarán traviesos,
sembraran una flor en tu ventana.

Por eso no debes, te lo ruego,
traer más gente a nuestra casa
pues se pondrán rosados,
verdosos, rojizos o azulados,
al descubrir paredes rotas
las plantas marchitadas.

Querrán barrer en los rincones
querrán abrir nuestras persianas
y encontraran seguro entre mis libros
las excusas perversas que buscaban.

No traigas mas nadie a nuestra casa,
así descubrirán nuestros absurdos
te llevaran lejos a otras playas
te contaran historias de naufragios
te sacaran a rastras de esta casa.
ELIPSIS

He de nombrarte
aun si te callan las palabras
por que seguiré tu rastro eterno
en la estrechez de los caminos.

Una infinita demencia
me ahuyenta de todos los portales,
de todas las ausencias
porque desde el vaivén de las ventanas
donde los gatos rehúsen ronronearte
también he de nombrarte.

Aún con el bajel a cuestas
donde guardé la tierra de tu estirpe,
cáliz y calvario de mi carne,
también he de nombrarte.

Y cuando te ladren
los últimos sabuesos del infierno,
cuando en los bosques
los gatos iracundos
decidan sepultar tu nombre,
llegarás vencido hasta mi casa
que seguirá siendo
la morada de tu cuerpo y de tu sangre.

Encontrarás entonces
una sombra imperceptible
por que los huesos antes leves
entumecieron su camino hacia la sombra.

Flotaré por los rincones.

Y otra vez mis fantasmas doloridos
ocultarán mi cuerpo en los escombros
y aún en el silencio de la Estigia
vestiré mi voz para nombrarte.


DUELO
Haré todos los duelos a esta muerte
cortaré mis uñas
mi cabello
lo vestiré de negro, así como a mi cuerpo.

Colgaré una manta en tu retrato.

Iré dibujando espacios,
esquinas de laberintos y bares.

Con los ojos vendados,
diagramados
lapidados de salitre,
emprendo los duelos pertinentes,
hasta que liquide la hecatombe de la almohada,
de la espalda,
del derecho y del revés

Porque cuando me recupere
de los golpe
contra puertas
escaleras
y ventanas,
entregaré a Abraham,
a Isaac,
y a todos los profetas
los sacos de ceniza
donde guarde los duelos de ésta muerte


Del Poemario inédito "El Regreso de Lolita"


EL REGRESO DE LOLITA

Yo soy Lolita
Así los Lobos esteparios
me desenreden
las trenzas con sus dientes,
y me lancen
caramelos de cianuro y goma.
Intuí mi nombre aquel día del puerto
con los náufragos
¿recuerdas?.

Y aquel combate
con Vladimir, el implacable.
Sé que soy Lolita,
lo supe cuando me entregó
sus manos laceradas de escribirme.

Por eso cuando apareciste suplicante
a contarme tus temores,
te deje tocarme,
morder mis brazos y rodillas,
te deje mutilar entre mis piernas
los temores de Charlotte.

Sabía que tu vieja espada
cortaría una a una mis venas,
mis pupilas,
y me burlé cien veces
de tu estupidez de niño viejo
llorando entre mi vientre.
y cuando todos los náufragos del mundo
volvieron a mi puerto
a entregarme dádivas
que yo pagaba, con calostro y carne
tú saltaste tras mi sombra,
mientras yo huía,
mientras yo bailaba.

Por eso soy Lolita,
la nínfula de moteles y anagramas
que vuelve con la maleta al hombro
a retomar tras años el pasado.


DESPEDIDA

Me despido de tu cuerpo,
de tus ojos, de tus manos,
de la cama vieja y de su estruendo,
me despido de las fiebres,
de los ecos de mis huesos en tus manos,
de tus dientes mordedores.

Me despido por que es temprano,
por que aún escucho tus gemidos,
porque a chorros me sangran las heridas de tus besos,
porque aún escarbo la nostalgia de tu cuerpo.

Porque si no me marcho…
podríamos ser felices.
Del Giglico y otros Demonios


Siempre me he preguntado como el GIGLICO - esta creación idiomática de Cortazar- puede decir tanto, expresar un sesualismo tal, solo con la interirización de la música que envuelve su metalenguaje, casi por inercia el lector construye con sus propios códigos una experiencia estética sin importar la lengua, Maravilla de Maravillas.... Salud a Cortazar y a los innovadores !!




Comienzo del capítulo 68 de Rayuela

Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpaso en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.